Por enésimo año, el próximo sábado el epicentro del universo cicloturista/ciclodeportivo se centra en Sabiñánigo con la Quebrantahuesos y Treparriscos. La previsión meteorológica para la edición de este año parece bastante halagüeña con temperaturas no demasiado altas, algunas nubes, nada de agua y muy poco viento. Tan sólo la elevada humedad podrá suponer un obstáculo durante la marcha. En resumen, condiciones muy buenas para que los participantes que así lo deseen vayan a buscar su mejor marca personal en la prueba.
Debo serles sincero y decir que esta marcha no me gusta demasiado. Me parece bastante poco seguro meter a casi 10.000 participantes en la autovía a Jaca, a 40km/h y teniendo en cuenta que no todos tienen la misma habilidad sobre la bicicleta. Está claro que la marcha hace tiempo dejó de ser una “pachanga de pueblo” y se ha convertido en un negocio extremadamente lucrativo (no hay nada malo en ello, que conste) por lo que obviamente los organizadores buscan el mayor número de participantes posible. Además, cada uno sabe lo que hay de antemano, por lo que poco más que añadir en ese aspecto. Me parece también un gran mito el supuesto atractivo de la marcha que se refiere a que transita por puertos “míticos del Tour de Francia”. De los puertos recorridos, tan sólo el Marie Blanque es visitado de vez en cuando por la ronda Francesa, y tampoco con la misma frecuencia que un Tourmalet o un Aspin. Paisajísticamente hablando es un recorrido bonito, pero ya sólo en el pirineo hay varias marchas bastante más bonitas. Lo que actúa como un imán es la fama y el aura de un mini Tour de Francia, con multitud de espectadores y un ambiente muy particular.
Por la parte que me toca, todos los años son varios los ciclistas aficionados que me piden que les prepare para esta prueba como su objetivo anual. Si bien desde un punto de vista técnico la preparación física para una prueba de este tipo es muy sencilla, el componente logístico asociado a apostar toda la temporada a un sólo objetivo es bastante más complejo. Una avería inoportuna, mala meteorología, caída o simplemente un mal día puede dar la impresión de fracaso a pesar de haber realizado una preparación excelente. Por tanto, me es muy común observar mucha tensión acumulada en mis deportistas los días previos a la prueba.
A estas alturas todo el mundo tendrá sus tareas hechas de cara a la prueba pero me gustaría dar un par de pinceladas que creo que son fundamentales en este tipo de eventos: Todos los años vemos caídas escalofriantes, lo cual es normal por pura estadística teniendo en cuenta el exagerado número de participantes. Pediría a todos, como todos los años, prudencia. Nos podemos hacer mucho daño pero también podemos dañar a otros. Por otro lado, independientemente de cómo nos tomemos el evento, no olvidemos su trasfondo lúdico. Hagamos lo que hagamos, si no nos acabamos divirtiendo creo que poco sentido tienen los sacrificios hechos para llegar bien hasta la prueba.
Nada más que decirles señores, disfruten el sábado, cumplan sus sueños y sobre todo vuelvan a casa enteros.
Sebastian Sitko
Máster en alto rendimiento por el Comité Olímpico Francés, Graduado en Ciencias del Deporte, Entrenador Nacional de Ciclismo, Triatlón y Atletismo y entrenador oficial del Colegio Americano de Medicina del Deporte.
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