¿Mejoraría el espectáculo al prohibir los potenciómetros en competición?

En el día de ayer puse una encuesta en Twitter para conocer las opiniones de los aficionados sobre la idoneidad de prohibir los potenciómetros en competición para mejorar el espectáculo. Al margen de conocer un poco mejor el reparto de opiniones, me he llevado una grata sorpresa con muchos de los comentarios que algunos lectores dejaron en la encuesta y que me han permitido hilar mucho mejor este artículo.

No voy a negar que el hecho de que el 40% de los encuestados considere necesario prohibir los potenciómetros me ha sorprendido un poco. Interiormente me imaginaba que sería un número de lectores mucho menor. No obstante, teniendo en cuenta la reducción del espectáculo vivido en el ciclismo de carretera en los últimos años también me parece lógico que muchos aficionados estén a favor de todas las modificaciones que puedan tener un impacto positivo sobre el mismo. Honestamente tengo serias dudas del impacto real de una medida así, opinión que argumentaré a lo largo del artículo.

¿Cuánto afecta el uso de la potencia a la competición?

Aunque pueda parecer sorprendente para algunos lectores, la prohibición de los potenciómetros me afectaría mucho más como entrenador en el aspecto de no poder analizar datos de competición que por el hecho de que el deportista no pueda disponer de datos de potencia en carrera. A pesar de lo que mucha gente pueda creer, el valor de tener datos de potencia in-situ tiene una aplicabilidad limitada a algunas situaciones de carrera. Así, los esfuerzos prolongados y en solitario son los que claramente se ven más beneficiados por el uso de estas herramientas. En el caso de una contrarreloj o un ataque largo en solitario el potenciómetro se vuelve crucial. No obstante, en la mayoría de situaciones restantes de competición el corredor no tiene ni tiempo de mirar los datos de potencia o bien directamente ésta no supone ningún limitante en sus decisiones. De hecho, algunos de mis corredores directamente no usan pantallas de potencia en su ciclocomputador cuando compiten y no creo que deba ser algo que extrañe. Un corredor de élite es capaz de predecir su umbral muy bien con la percepción subjetiva del esfuerzo. De hecho es algo que siempre verificamos en las pruebas de laboratorio. Honestamente no creo que llevar o no potenciómetro sea muy delimitante en el desarrollo de las carreras en la mayoría de ocasiones, y en las que lo hace ayuda tanto al que quiere dar espectáculo (evita que el escapado explote) como aquel que quiere anularlo (ayuda a que los perseguidores a gestionar mejor sus fuerzas).

 

Victoria en campeonato autonómico Sub-23 en el año 2020 sin recurrir a potenciómetro. En este caso no fue por decisión propia (se estropeó unos días antes de la carrera) pero no afectó al desenlace que teníamos previsto.

 

¿Y si buscamos una solución intermedia?

No creo que en ningún caso se debería prohibir llevar un potenciómetro en competición para la recogida de datos. Disponer de datos de competición nos permite preparar mejor a los deportistas y subir el nivel general del deporte. Renunciar voluntariamente a un dato analítico que es la envidia de la mayoría de las disciplinas deportivas sería como pegarse un tiro en el pie. No obstante, si realmente queremos comprobar el impacto que tiene el uso de la potencia en el espectáculo, una solución sencilla sería prohibir la visualización de datos de potencia in-situ durante algunas carreras. Ya adelanto que el impacto de la medida en el espectáculo sería marginal, simplemente porque tenemos una serie de condicionantes mucho mayores en juego:

  • El uso del pinganillo para delimitar estrategias de carrera es sin duda alguna el principal limitante del espectáculo en el ciclismo de hoy en día en mi humilde opinión. Deberíamos intentar eliminar por completo este accesorio en favor de una radio global que sólo avise de obstáculos en la carretera y averías a todos los corredores por igual.
  • El sistema de puntuación de corredores en el World Tour favorece que se corra para conservar un puesto en el Top-10, que otorga puntos suficientes para conseguir un buen contrato al año siguiente. Por otro lado, no se valora lo suficiente el trabajo realizado por los gregarios. Un cambio hacia un sistema que valore más la valentía, el trabajo y la victoria sería siempre positivo de cara al espectáculo.
  • Gracias a la ciencia y a la profesionalización, el nivel de la clase media de la élite ha ido creciendo con los años. Así, los fuera de serie siguen siendo excelentes, pero la brecha con los corredores de clase media que muchas veces ejercen como gregarios se ha reducido notablemente. Esto tiene un impacto muy grande en las aventuras en solitario, ya que un par de buenos gregarios pueden hacer fracasar casi cualquier aventura de un corredor top.
  • Otras medidas: se ha planteado seguir reduciendo el número de corredores por equipo o incluso imponer un tope de presupuesto en el deporte. Creo que estas dos medidas tendrían un impacto mayor sobre el espectáculo que prohibir los potenciómetros, pero muy probablemente ese impacto tendría un coste que el deporte actualmente no puede permitirse.

Mi opinión

Se trata realmente de un tema complejo e incluso haciendo especulaciones se me antoja complicado determinar qué impacto real tiene el uso de potencia en carrera. Creo sinceramente, y me puedo equivocar, que su impacto es mínimo y que su prohibición debería estar muy abajo en la lista de prioridades de las autoridades actuales. Si queremos favorecer el espectáculo, tenemos muchos otros campos sobre los que actuar, muchos de los cuales a día de hoy no responden a ninguna justificación lógica, como el uso de los pinganillos. Me considero un romántico del ciclismo: me gustan las contrarrelojes llanas de 60km, las etapas de montaña de 7h y los sprints tras 250km. Me gusta el ciclismo de ataque y la toma de riesgos para ganar el premio gordo. Pero también me gusta la ciencia y los adelantos que nos trae. El uso de potenciómetros ha venido para quedarse simple y llanamente porque es un método de control mucho mejor que los usados anteriormente, y veo muy complicado y hasta absurdo que alguien quiera y pueda renunciar a ello a estas alturas.

Sebastian Sitko

Profesor Facultad de las Ciencias del Deporte de la Universidad de Zaragoza, Máster en alto rendimiento por el Comité Olímpico Francés, Graduado en Ciencias del Deporte, Entrenador Nacional de Ciclismo, Triatlón y Atletismo y entrenador oficial del Colegio Americano de Medicina del Deporte. 

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