Fin de los podios sexistas: mucho camino por recorrer

Ayer amanecimos con la gran noticia referida a la cancelación de la tradicional ceremonia de podios del Tour de Francia. Desde aquí celebro el final de un protocolo de podio absurdo, sexista e impropio del siglo XXI. Me gustaría también llamar a mis lectores a una reflexión más profunda, porque con esta medida hemos dado un pequeño paso pero estamos muy lejos de poder atajar el problema que existe en el ciclismo en particular y en el deporte en general.

En primer lugar me gustaría escribir cuatro frases sobre lo que representaba el protocolo existente hasta el año pasado: pongámonos en el lugar de la imagen que se llevaban un niño y una niña. ¿Qué les estábamos mostrando? Que un niño puede aspirar a ser un gran ciclista y poder recibir así el cariño de bellas mujeres. Las niñas, en cambio, pueden aspirar si quieren a ser un florero con el que agasajar al campeón. ¿Por qué no puede aspirar la chiquilla a ser también una gran campeona, ganar el Tour y ser admirada por sus logros deportivos? ¿De verdad hemos tenido que llegar a 2020 para darnos cuenta de la injusticia que estábamos generando en el propio deporte, que siempre se publicita como un medio más que oportuno para educar sobre igualdad?

Dicho todo esto, la auténtica igualdad de oportunidades todavía se vislumbra muy lejos en el horizonte. Cuando las mujeres profesionales puedan dedicarse en exclusividad a su deporte (al igual que hacen sus homólogos del sexo opuesto) y el calendario ciclista les ofrezca oportunidades interesantes para lucirse, podremos empezar a ver la luz. Mientras tanto seguimos teniendo un equivalente femenino al Tour de Francia absolutamente ridículo (se nota a la legua que está organizado con total desgana, falta de interés y por cumplir con la opinión pública) y a las mujeres ciclistas se les sigue minusvalorando de manera muy sutil: ¿por qué etapas tan cortas? ¿por qué no pueden subir más puertos, más duros y mejor encadenados? ¿Recuerdan que hace años se consideraba que una mujer no podía correr una maratón? A mí ese sobre proteccionismo me huele a algo, a algo muy malo y que nada tiene que ver con proteger la salud de las chicas. Juzguen ustedes mismos.

Sé que este tema es muy peliagudo y difícil de resolver. Yo tampoco tengo respuestas ni soluciones, no soy un experto en la materia. Es obvio que el ciclismo femenino tiene mucho menos tirón que el masculino a día de hoy. Esto acaba derivando en una menor entrada de dinero en el deporte y, por consiguiente, las mujeres no disponen de las mismas oportunidades económicas que los ciclistas varones. Al no poder dedicarse exclusivamente a entrenar, la profesionalización es también menor y esto acaba provocando que, proporcionalmente y siempre teniendo en cuenta las diferencias entre sexos, las mujeres acaban teniendo un nivel inferior al que cabría esperar teniendo en cuenta lo visto en hombres. ¿Qué nivel de incidencia tiene esto en la visibilidad del deporte? No lo sé, no tengo datos, pero no creo que sea despreciable. Como pueden observar, es un círculo vicioso. No sé cuál es la causa y cuál es la consecuencia, pero tengo claro que se retroalimentan entre ellas. Fábricas de generar dinero como ASO o RCS Sport deberían sentirse responsables, al menos moralmente, de ayudar a devolver algo al deporte que tanto les ha dado. Y no, no lo están haciendo, al menos no lo suficiente.

Sebastian Sitko

Profesor Facultad de las Ciencias del Deporte de la Universidad de Zaragoza, Máster en alto rendimiento por el Comité Olímpico Francés, Graduado en Ciencias del Deporte, Entrenador Nacional de Ciclismo, Triatlón y Atletismo y entrenador oficial del Colegio Americano de Medicina del Deporte. 

 

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