A propósito del dopaje (2): El caso Froome

Este es mi segundo artículo de una serie dedicada al dopaje. Tras el capítulo anterior, dedicado al positivo del ganador de la Quebrantahuesos y el dopaje aficionado en general, que podéis leer aquí, toca hablar del caso más famoso de los últimos años (junto al de Contador): El positivo de Chris Froome por Salbutamol en el final de la Vuelta a España 2017.

He decidido escribir sobre este tema a pesar de que no vaya a ser demasiado rentable para mí hacerlo (intentar decir la verdad en este mundillo te cierra muchas puertas por desgracia) porque considero que sobre este caso se ha hablado mucho, y en general se ha mentido aún más.

En primer lugar deberíamos echar la vista atrás y recordar de dónde venimos. Team Sky nació en 2010 con la finalidad de ganar el Tour de Francia con un inglés en un lapso corto de tiempo. Apoyados en un presupuesto que ha ido creciendo paulatinamente, eligieron a Bradley Wiggins para semejante empresa. Tras un podio en el Tour y Vuelta el particular corredor inglés consiguió su propósito en 2012, con un recorrido diseñado a su gusto(ojalá volvieran esos km de crono al Tour ahora) y pocos rivales. De hecho, un inglés que despuntó en la vuelta del año anterior (carrera que perdió por su labor de gregario en favor de Wiggins) fue su mayor rival en la carretera, a pesar de pertenecer al mismo equipo. Chris Froome acabaría segundo en aquel Tour de Francia y no volvería a bajarse del primer cajón del podio (salvo caída en 2014) durante cuatro ediciones de la carrera. Para muchos desconocido, yo llevaba siguiendo a Froome durante los dos años previos. Cierto es que nada me hizo prever que se convertiría en el dominador de las grandes vueltas del siguiente lustro. A mí me llamó siempre la atención el hecho de que fuera capaz de terminar mediantemente bien algunas carreras a pesar de su terrible composición corporal, impropia de un ciclista profesional. Posteriormente nos enteramos de que sufrió durante años la Esquistosomiasis, una enfermedad causada por parásitos que es tremendamente frecuente en África, continente en el que se crió Froome.

Al contrario de lo que dicen muchos trolls de internet, no me cabe duda de que Froome sufriera la Esquistosomiasis y de que ésta afectara su rendimiento durante sus primeros años como profesional. Cualquiera que conozca mínimamente la patología sabe que la mayoría de los casos son asintomáticos y que los efectos sobre el rendimiento son muy importantes. En los tests que Froome hizo para la UCI en Aigle en 2007, se podía adivinar perfectamente que estábamos delante de alguien con un motor muy potente, aunque muy pesado. De nuevo los blogueros de internet asumen que tras la mejora radical de Froome a finales del 2011 debemos buscar dopaje de altísima tecnología y enorme secretismo. Lo cierto es que todos los que nos especializamos en fisiología del deporte sabemos que transformar a alguien con un perfil de potencia de “contrarrelojista” en un “vueltómano” es relativamente sencillo. Los 420w que movía Froome en el umbral en 2007 eran ya los de un corredor excepcional, pero no relacionados con sus 75,6kg. La progresiva pérdida de peso que se le adivina durante 2011 explica para mí la mejora en las ascensiones y, en definitiva, su rendimiento en las grandes vueltas.

Hasta aquí todo normal y pocas sospechas por mi parte, a pesar de que twitter haya ardido en discusiones por este tema en diversas ocasiones. No obstante, me gusta poner todo siempre en su contexto. Sky llegó al ciclismo como el equipo que iba a poner unas barreras éticas más rígidas de lo que el propio sistema intentaba imponer, algo que me pareció fantástico en su momento. Con el tiempo pudimos conocer las variaciones en el pasaporte biológico de Henao, los parches de testosterona de Freeman, los corticoides para alergias que llegaban puntualmente antes de las grandes vueltas, las vitaminas de Edmondson y finalmente el caso Froome. Todo eso sin olvidar que el equipo que el año pasado vestía un maillot con una orca en favor de la protección de los océanos viste hoy en su ropa el logo de una de las petroquímicas más grandes del mundo, especializada en fracking, con lo que ello significa. Con todo esto lo que quiero decir es que considero que el elevado nivel de escrutinio que existe con el Sky tiene su razón de ser, y por supuesto repercute en Chris Froome. Desde el punto de vista objetivo de un fisiólogo del deporte hay actuaciones recientes que me hacen levantar mucho la ceja (Hautacam 2014 o Verbier 2009) de las que no oímos hablar apenas mientras que en las redes sociales podemos encontrar continuamente memes sobre el motorista Froome en el Ventoux, o el supuesto “butrón” en la Pierre de San Martin 2015, una subida sin ninguna cifra descacharrante donde Froome simplemente aniquiló la competencia por el extremo calor que hacía ese día. Todos los que estamos metidos en el ciclismo profesional sabemos que, si algo le gusta al británico es el calor.

Chris Froome es un corredor que me gusta, al contrario de lo que suelo oír en las redes no podría calificar de aburrido a un corredor capaz de la etapa 19 del Giro 2018, el descenso del Peyresourde o los abanicos con Sagan. Quizás la gente obvia que, siendo tan superior, el manual ciclista dicta que no tienes necesidad para atacar, y cuando lo haces, asumes pocos riesgos. Cuando hemos visto a un Froome contra las cuerdas (Dauphine 2017 o Giro 2018) creo que ha sacado a relucir el carácter que sólo los grandes campeones tienen. Me gusta también su educación y modestia, además del respeto por sus rivales y el medio ambiente. En casi 8 años en la cúspide no le recuerdo un gesto feo o palabras poco adecuadas, lo cual le honra. No obstante, el objetivo de este artículo no es  hablar propiamente de Froome sino dar mi opinión sobre un caso verdaderamente polémico y, como científico y fisiólogo del deporte que soy, mi deuda es únicamente con la verdad. Por tanto, en las líneas siguientes voy a intentar expresar lo que ocurrió verdaderamente con los datos objetivos que tenemos a nuestra disposición.

En primer lugar me gustaría describir rápidamente qué es el Salbutamol. Por internet he leído auténticas burradas que lo equiparaban con los corticoesteroides puros y duros cuando estamos hablando de una sustancia totalmente distinta. El Salbutamol es un agonista Beta-2 que actúa sobre el músculo liso de los bronquios reduciendo el broncoespasmo, principalmente en pacientes con asma. En internet tengo que leer constantemente que los ciclistas son unos yonquis porque la prevalencia del asma y el uso de Salbutamol en este deporte triplica al de la población normal. Varios de los deportistas profesionales que entreno (por los cuales pondría la mano en el fuego) son asmáticos. Recordemos que el ciclista está mucho más expuesto a cambios de temperatura, aire, sequedad y partículas de contaminación que la población general. Se trata de una actividad al aire libre, desarrollada en carreteras con tráfico y en hiperventilación casi constante, por lo cual esta asociación no me resulta para nada sospechosa. Insisto, que un deportista sufra asma relativo al ejercicio no es nada raro ni sospechoso. ¿Por qué digo esto? Porque está perfectamente descrito que utilizar Salbutamol inhalado por parte de alguien no asmático no va a producir una mejora del rendimiento. De ahí que la WADA estableciera a los Beta-2 agonistas como sustancias con umbral. Es decir, das positivo a partir de una cierta cantidad de sustancia en tu orina. Y aquí es donde vienen las particularidades del caso y donde todo se complica.

En primer lugar habría que preguntarse con qué criterio está establecido el umbral del positivo por una sustancia como el Salbutamol. La propia WADA reconoce que el umbral se diseñó en base a la práctica clínica habitual. Es decir, y para que quede claro, se propuso un umbral en función de cuántas inhalaciones máximas se le aconsejan a un asmático durante dosis diarias de rescate. Esto de por sí debería ser sujeto de polémica, no obstante hay más: la ciencia en torno a este test es tan poco fiable que en algunos artículos se habla de hasta un 15% de falsos positivos tras la administración de dosis completamente legales. Sabemos además que la deshidratación y el ejercicio físico aumentan las posibilidades de un falso positivo obteniendo por tanto una mezcla explosiva: Un test poco fiable realizado en unas condiciones que le dan aún menos fiabilidad. Por ello, inmediatamente tras conocer el positivo de Froome dije que iba a salir exonerado si decidía combatir a la UCI y a la WADA con los recursos económicos de los que dispone.

Hay que decir que, para la tranquilidad del deportista, la WADA ofrece una solución en caso de que des positivo: un estudio farmacocinético controlado para demostrar que puedes dar ese nivel de salbutamol en orina tras ingerir la dosis máxima diaria. Como si fuera posible recrear la situación del final de una gran vuelta tras correr y ganar la inmediatamente anterior. Obviamente sabiendo esto dije que Froome en ningún caso iba a aceptar someterse a ese test e iba a pelear su caso hasta el final, con total acierto.

La comunidad pseudocientífica de twitter suele esgrimir como argumento que sólo Froome ha dado positivo (y otros pocos casos más que fueron sancionados en su mayor parte). Su odio hacia todo lo que mínimamente pueda suponer dopaje les hace estar ciegos ante una evidencia indignante: el caso de Froome fue filtrado ya sea por la WADA o por la UCI, sinceramente no sé cuál es peor. No es que Froome haya dado positivo, es que muchos casos como el suyo se han cerrado sin hacerse públicos porque las explicaciones que ofreció el corredor fueron consideradas válidas por la UCI. Froome no tuvo esa posibilidad, se le crucificó inmediatamente, probablemente por los mismos que año tras año diseñan un recorrido del Tour para que Froome no pueda ganarle al francés de turno por 12 minutos (como haría en un recorrido históricamente equilibrado) o aquellos que decidieron prohibirle participar en la Grande Boucle cuando ya se les había notificado que Froome había sido declarado inocente: aquellos mismos que parece que desean que un desequilibrado lo elimine de la carrera a base de un puñetazo. La finalidad era buscar el desprestigio y el ruido, y consiguieron ambas a pesar de que, basándonos en la ciencia, su viaje no iba a ninguna parte.

Un segundo punto a mencionar es el hecho de si el Salbutamol produce mejora del rendimiento (en cualquier dosis). Se han descrito pequeños efectos anabolizantes en animales y en algún estudio muy pequeño con humanos en dosis muy elevadas, lo cual nos deja con una reflexión: ¿cuál sería la finalidad de utilizar un anabolizante en medio de una gran vuelta? Yo sinceramente no lo veo. He visto también especulaciones acerca de la posibilidad de una transfusión sanguínea que contenía trazas de Salbutamol utilizado en pretemporada. Al margen de la torpeza que supondría utilizar Salbutamol en pretemporada (existiendo fármacos mucho menos detectables y con mayores efectos anabolizantes) la cantidad de Salbutamol en la muestra inicial debería ser tan elevada como para considerar riesgo muy alto para la salud. Si a esto le añadimos que los medios de comunicación mintieron completamente con los números de Froome, todo queda más claro. Ni el umbral del positivo de Salbutamol es de 1000ng/mL ni Froome obtuvo una concentración de 2000ng/mL como se reportó en todas partes. Al umbral de la WADA siempre se le suma un 20% extra por precaución, lo que se llama el límite de decisión. Así, el límite a partir del cual el deportista da positivo es de 1200ng/mL. Si a esto le sumamos que a la muestra de orina del deportista hay que aplicarle un factor de corrección, el llamado ajuste por gravedad específica, para tener en cuenta por ejemplo el nivel de deshidratación que tenía el deportista en el momento en el que se tomó la muestra. Cuando se aplicó este ajuste a la muestra de Froome se obtuvieron 1428ng/mL, o lo que es lo mismo, menos del 20% por encima del umbral de decisión y no más del 100% como reportó la prensa (con mala intención, por supuesto). Esto dejaba todavía más posibilidades a la defensa de Froome, que podía incluso adoptar la estrategia de un resultado anómalo que estadísticamente se podía producir. Finalmente, y esto último es una opinión personal, para mí no tendría ningún sentido utilizar salbutamol oral al finalizar una gran vuelta, sabiendo que voy de líder y tengo un 100% de probabilidades de ser testado y dar positivo al finalizar la etapa, todo por utilizar un fármaco que no me va a producir un beneficio del rendimiento claro en mi situación. En el ciclismo profesional he visto de todo aunque de verdad quiero pensar que el Sky no haría una chapuza semejante.

De todo lo que he dicho previamente me gustaría inferir varias cosas:

  • Es extremadamente poco probable que Froome utilizara salbutamol no inhalado (oral o proveniente de una transfusión) el día de su positivo.
  • Hubo una carrera de desprestigio muy importante en este caso: tanto con la filtración a los medios como con las sucesivas mentiras: que si Froome había doblado el límite, que si iba a alegar que padeció un fallo renal (algo que nunca estuvo sobre la mesa en el proceso),que si había que expulsarlo del Tour antes de la sentencia.
  • Todo lo que rodea los tests de salbutamol y su análisis según planteado por la WADA es rocambolesco y poco científico. Mi opinión viene de mucho antes de que sucediera el caso Froome, que no ha hecho sino reafirmarme. No puedes sancionar a alguien por pasar un 18% un límite arbitrario de Salbutamol en orina cuando permites que se utilicen corticoides. El hecho de que Froome haya sido el primer caso en poner en evidencia a la UCI y a la WADA en este aspecto responde simplemente a que tiene más medios económicos a su disposición, los suficientes para poder contratar un equipo científico que les saque los colores a estas dos organizaciones (y sin trucos de por medio, simplemente con la ciencia en la mano).

¿Que pasó entonces en la etapa 18 de la Vuelta 2017?

Lo que viene a continuación no es sino mi particular interpretación de los hechos que he descrito con anterioridad. Froome perdió tiempo en el final de los Machucos, con un peligroso Nibali acercándose en la general a falta de un final en cuesta y el terrible Angliru en la última etapa. En el Sky se encendieron las alarmas debido a que el tan buscado doblete estaba en peligro y no estaban dispuestos a que Froome volviera a sufrir por culpa de la bronquitis que tenía encima, complicada por ataques de asma constantes como me reflejaron en su momento los que estaban presentes en el pelotón. Antes de la salida de la etapa 18, utilizaron un nebulizador(prohibida la administración en esta forma) o bien simplemente Froome abusó del Ventolín durante la etapa (menos probable aunque mucho más posible que otras formas de administración) ante el miedo a otro ataque. Esto sumado a un estado de deshidratación completamente normal al final de una etapa de la tercera semana de una gran vuelta dio como resultado un test anormalmente elevado y la posterior polémica. Quiero reiterar desde aquí que me parece extremadamente poco probable que Froome utilizara el Salbutamol buscando obtener algún tipo de mejora de su rendimiento y hubiera sido, al menos en mi opinión, muy poco justo que se le sancionara severamente. La pérdida de la Vuelta 2017 y un par de meses de sanción si podían estar encima de la mesa, pero simplemente por infringir unas reglas que, aunque sean injustas, deben ser respetadas. Dicho todo lo cual, muchos me preguntaréis, ¿se dopa Froome? No tengo datos para responder a esa pregunta, su entorno y equipo no brilla totalmente por su limpieza y transparencia y puedo entender que algunos consideren su transformación como “milagrosa”. A pesar de que ninguna de sus actuaciones en particular me parezca tremendamente sospechosa conociendo su perfil fisiológico, todos los que me conocen personalmente saben mi opinión acerca de las posibilidades de ganar una gran vuelta en el siglo XXI sin el uso de ayudas. Pero esto último no va por Froome, es una reflexión relacionada con puras matemáticas que se obtienen en las grandes vueltas, no sólo aquellas en las que gana Froome. Lo que sí que me atrevo a decir rotundamente es que Froome no se dopa con Salbutamol ni que tampoco la fuente de su positivo le supusiera ventaja alguna para ganar la Vuelta 2017. Así que,  si me pedís mi opinión, el famoso caso Salbutamol se saldó de manera justa bajo el punto de vista de este humilde científico, entrenador y fisiólogo del deporte.

En el tercer capítulo de “al respecto del dopaje” hablaré del famoso caso de Alberto Contador, no se lo pierdan.

Al contrario de lo que veo comúnmente en internet, no tengo problema alguno en firmar con mi nombre real. Lo hago porque mi interés está en ser lo más objetivo posible y en intentar aproximarme a la verdad, intentando alejarme del sensacionalismo que tanto predomina en las redes del siglo XXI en general, y de las cuentas relacionadas con el ciclismo en particular.

Sebastian Sitko

Máster en alto rendimiento por el Comité Olímpico Francés, Graduado en Ciencias del Deporte, Entrenador Nacional de Ciclismo, Triatlón y Atletismo y entrenador oficial del Colegio Americano de Medicina del Deporte. 

Comentarios: 16

  1. Víctor dice:

    Valiente y muy interesante artículo Sebastian, gracias.

  2. Miguel Pérez dice:

    Otro muy buen artículo. Evidentemente es estúpido pensar que alguien gana una vuelta por Salbutamol, pero que el ciclismo NO es un deporte limpio…

  3. Carlos Sánchez dice:

    Da gusto leer artículos con tanto sentido común y datos coherentes. Muy buen artículo. Te felicito.

  4. Fernando dice:

    Hola Sebastián!!!

    Muy buen artículo, nada sensacionalista y basándote en datos objetivos. Gran descubrimiento con tu anterior post y deseando leer el siguiente.
    Queda bastante claro el motivo por la no suspensión a Froome, del que pienso que es un corredor de motor V8 pero reglado en laboratorio, y esta vez salvó, pero en Sky hay mucha oscuridad, caso Henao, el Kenacort de Wiggins.
    Yo seguiré viendo ciclismo, pero hace muchos años que soy consciente de la mentira que es el deporte de élite y de que los ganadores de grandes vueltas, monumentos o mundiales no van a pan y agua.

    Un saludo y reitero mi enhorabuena por estos dos posts

    • Sebastian Sitko dice:

      Gracias Fernando. Al contrario de lo que piensas, basándome en los datos que tengo pienso que Froome tiene un excelente motor, y si dispone de arreglos médicos, éstos no son superiores a los de los rivales directos con los cuales ha lidiado en los últimos 8 años. Entiendo también que mi opinión en este caso pueda no ser muy popular porque va en contra de las creencias de los expertos de Twitter. De nuevo gracias por tu comentario.

      Sebastian Sitko

  5. Francisco dice:

    Gran artículo espectacular, poniendo a cada uno en su sitio, eso es hablar sin tapujos, te Felicito..

  6. Raul dice:

    Enhorabuena por el articulo, un nuevo seguidor captado 😉

  7. Alejo dice:

    Hola Sebastian
    Gracias por tu aporte. Prevalece la objetividad antes que los deseos.
    Para los que vemos ciclismo desde hace un tiempo, de cuando en cuando vemos demostraciones increíbles sobre la bici…Hinault aplastando en serranillos 1983, Riss destrozando rivales a plato grande en Hautacam 1996, Armstrong en ese mismo puerto en 2000, Landis y su “escapadita” de 135 km en 2006…Froome en Finestre 2018. Con excepción del bretón, estas demostraciones “valientes” vienen acompañadas de doping o han estado bajo sospecha. Por eso no le creo al amable Froome…y así como tienes las credenciales para emitir conceptos sobre el caso Froome, algunos hemos tenido cierta experiencia en carretera como para oler casos anormales… con seguridad te digo que se pueden detectar competidores, en categorías amateur y cicloturistas, con “marginal gains”, cuando la premiación y el reconocimiento en esa carrera son altos.
    MI escepticismo es alto cuando del Ineos se trata, sobre todo cuando nos enteramos del Kenacort de Wiggins y el hematocrito loco del colombiano Henao…y se parecen tanto al infame US Postal !!…El Ineos antes Sky siempre ha tenido mayor presupuesto para las ayudas médicas, por lo tanto no es tan cierto que todos los equipos estén en igualdad.
    al final soy un iluso del ciclismo y termino viendolo por TV, sabiendo que la mayoría del pelotón llevan en su cuerpo algo mas que gel y pasta.

    Respetuoso saludo

    Quisiera hacerte unas pregunta mas científica…el salbutamol puede ser el encubridor de una sustancia dopante mas poderosa? es decir, distraer la atención con ventolin?

    • Sebastian Sitko dice:

      Buenas Alejo

      Respeto tu comentario aunque no lo comparto, en Finestre no hubo ningún número extravagante, sólo una situación de carrera que se da una vez cada 20 años: a 80 de meta, te quedas sólo y tu rival principal, con peores piernas y sin gregarios, acompañado de dos que sólo miraban el podio y no colaboran con él. Es normal que se imponga el que se va por delante. E insisto, los números de aquel día nada tienen que ver con los de las otras etapas que mencionas. Al respecto de tu pregunta, te contesto con un no rotundo. No hay evidencia científica ninguna como para creer que el salbutamol pueda encubrir otras sustancias. Es más, si conoces un poco la farmacología sabrás que no hay mecanismo alguno por el cual podríamos sospechar que el Salbutamol tenga ese efecto. Te digo más, si lo tuviera, no sería considerada por la WADA como sustancia con umbral, sino que se consideraría positivo directamente por cualquier cantidad. La WADA no podría permitirse dejar umbrales en sustancias que encubren otras. Tal como digo en el artículo no sé si Froome se dopa, pero creo que parece que tienes demasiadas ganas de que eso sea así y eso te ciega en tu visión. Si lo hace, créeme que el Salbutamol nada tiene que ver.

      Un saludo cordial

      Sebastian Sitko

  8. Alejo dice:

    Gracias por tu oportuna respuesta.
    Mi percepción esta hecha de años de ciclismo en medio del pelotón, haciendo parte de las entrañas de este deporte a nivel competitivo, sin consumir mas que salbutamol inhalado (padezco asma por ejercicio) pero viendo como el doping carcome ciclistas, familias, equipos enteros. La omertá me dejó por fuera de la competición. Incluso intenté compartir mi experiencia, pero te marcan como oveja negra. Muchos jóvenes son empujados a consumir sustancias dopantes o de lo contrario son expulsados. Esto es un flagelo transversal grave, que afecta incluso a los que no lo hemos consumido. Aquí no hay ninguna ceguera o ganas de inquisición, como te dije antes, es lo que he visto de primera mano. Mi pregunta no llevaba intriga o intenciones vedadas.
    A mi también me gusta la forma de correr de Froome y si has estado en competencias ciclísticas sabes que a menudo se echa mano del carácter cuando no hay fuerzas. Eso tiene el keniata. Pero gracias a la tecnología, cuando un ciclista quiere mantener sus vatios en ciertos parámetros pues lo hace, así sepa que tiene mas para dar…solo un par de vatios extra sostenidos en un intervalo moderado de tiempo y con eso rompes grupetas. Es claro que Finestre dejó registros aceptables, pero no veo la razón para no poner en tela de juicio esta hazaña, dadas las “marcianadas” del pasado. En Mont Ventoux los vatios de Armstrong están por debajo de los arrojados por Froome en 2013 y ya sabemos como terminó (delatado por sus ex-compañeros, no por un acto de contricción del texano).
    Por favor dame tu percepción del doping genético y si existe qué tan difundido podría estar. Si lo consideras como tema de futuro artículo sería genial.
    Saludos !

    • Sebastian Sitko dice:

      Buen día Alejo

      Veo la típica deriva en la conversación de 1º”creo que Froome se dopa porque dio positivo por salbutamol”, cuando se ha rebatido creo que 2ºSe dopa con otra sustancia y la oculta con el Salbutamol, cuando se ha rebatido, 3º tendré que rebatirte con ciencia si su motor está genéticamente trucado para que al final 4º me preguntes por el dopaje mecánico. Todo con el fin de intentar apoyar tus sospechas. Créeme que no voy a entrar en ello, para ello tienes webs mucho mejores dedicadas a la sospecha constante donde el autor estará encantado de que le muestres tu desencanto y tus sospechas.

      Los vatios de Froome en el Ventoux ni siquiera llegaron a 5,9w/kg, entran completamente dentro de lo que fisiológicamente es factible. Son datos que veo constantemente reproducidos en los entrenamientos por ciclistas mucho menos dotados que él. Con tu lógica, como Froome subió una vez la parte final de Mont Ventoux más rápido que Armstrong, Froome se dopa. Con esa misma lógica, Bardet, Quintana, Urán, Nibali y todos los demás corredores que le han superado en alguna ocasión también lo hacen, y te aseguro que no es tan fácil. Como el fin de este artículo era explicar al gran público un caso de supuesto dopaje de gran relevancia y muy particular, voy a intentar que esto no se convierta en un diálogo sobre si Froome se dopa o no, porque veo por tu parte claras intenciones de debatir basándote en tus “experiencias y percepciones” mientras a mí sólo me interesan los datos objetivos en estos artículos. Si tuviéramos que hablar sobre experiencias salimos del ámbito de la ciencia y entramos en el de la subjetividad, por lo tanto, al menos en público, prefiero mantenerme al margen. De verdad que lo que precisamente busco con mi web es no atraer a los sensacionalistas que en cualquier performance destacada vean dopaje, para ello ya tienen otros mil blogs mucho más adecuados. Con esto doy por zanjada la conversación. Al respecto del dopaje genético, quizás escriba sobre él en un futuro.

      Un saludo cordial

      Sebastian Sitko

  9. Alejo dice:

    Gracias por tu respuesta. Si algo destaca de tus artículos es el rigor y el cuidado, por eso no es bueno que infieras o deduzcas que voy a mencionar asuntos que ni siquiera han pasado por mi cabeza, como dopaje mecánico. Es difícil creer que otros sean mejores que yo por consumir salbutamol, además soy asmático y conozco el verdadero alcance de este medicamento. Las preguntas que te hice no llevaban veneno pero si tu quieres verlo así pues será tu decisión. Gracias por la invitación a consultar otras opiniones en internet, ya lo vengo haciendo.
    Es que cada uno habla de la fiesta según las veces que salga a la pista…debes echar mano de lo que tienes. Tengo amigos en mi país con un perfil muy parecido al tuyo, dedicados en cuerpo y alma al deporte desde varias aristas y el doping no ha cruzado por sus caminos. Por supuesto su experiencia y su formación científica les forja un criterio particular. Así pasa con la visión de los periodistas que nunca se han montado en una bici, ex-ciclistas o forjadores en escuelas de formación deportiva. Bailamos diferente la misma canción. Pensar que no hay doping porque así lo dicen los vatios es precario; el equipo mas representativo de mi país va a ser sancionado por el dopaje de dos de sus corredores en menos de 1 año y estos chicos no arrojaron vatios extraterrestres. Esta conversación dista mucho de ser debate, pero claramente tenemos posiciones encontradas entorno al tema, por eso la zanja que mencionas ya estaba hecha.
    Como dijo de manera oportuna y concisa Miguel Perez lineas arriba: “…estúpido pensar que alguien gana una vuelta por Salbutamol, pero que el ciclismo NO es un deporte limpio…”
    Agradezco tu tiempo y el entendimiento hacia otras formas de ver este delicado tema!

  10. Miguel dice:

    Muy bueno, gracias por el artículo.

  11. Jordi dice:

    Hola, soy licenciado de ciencias del deporte, deportista no de elite. Me gusta saber y leer sobre el dopaje. Felicitarte por tus articulos!! Super profesional y superinteresante!!

  12. […] artículos el dopaje en el campo no profesional y dos casos tan famosos como los de Contador o Froome, voy a acabar dando mi opinión sobre las que creo que son las causas primeras del dopaje en el […]

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